El vicerrector de Infraestructuras de la Universidad de Málaga, Rafael Morales, ejerce de guía por la primera fase de la ampliación de Teatinos, en un itinerario similar al que en el curso de 2008 realizarán cada día más de 9.000 estudiantes. Su especialidad académica son las nuevas tecnologías y la informática, por lo que reconoce que ha tenido que aprender mucho sobre construcción. A cambio, se ha convertido en un testigo privilegiado del futuro de uno de los pilares culturales de la provincia.
Desde el estadio polideportivo universitario, a la derecha, la carretera conduce hasta una gasolinera abierta recientemente. Siguiendo por esa avenida se alcanza uno de los futuros accesos al nuevo campus, al sur de la urbanización El Cónsul, la antigua carretera de Campanillas y Soliva. La parcela se extiende sobre 1,2 millones de metros cuadrados, esto es, 1,2 kilómetros en paralelo a la autovía A-357, y otros 1.000 metros hacia el interior. Morales comenta que en el futuro será posible acceder desde la fuente de los colores y desde la carretera que conduce al PTA.
A ambos lados de la calzada, un circuito continuo de carriles bici atraviesa calles y rotondas, y el sistema de riego por goteo aún sobresale en los alcorques. La apuesta por la sostenibilidad es también patente en el tratamiento del arroyo de las Cañas, que se ha encauzado, aunque el embovedado sólo afecta a los tramos necesarios para poder hacer los viales. «El río sigue vivo, se ha intervenido lo mínimo imprescindible y en el resto del recorrido quedará a la vista», declara. Ello dará lugar a pintorescas imágenes durante la época de lluvias. El mobiliario urbano ya está instalado, incluso unos curiosos asientos de hormigón de forma geométrica. A ambos lados aún se extiende la campiña semidesierta, con grandes taludes de tierra que se rebajarán para lograr una continuidad visual con el actual campus de Teatinos.
Paseo peatonal
Los dos edificios en los que ya se trabaja tendrán su fachada en un amplio paseo, que estará restringido a los peatones y a las bicicletas. «La idea es que la circulación sea perimetral, de manera que los coches circulen por los viales exteriores y que el centro quede libre». En la primera parcela se eleva la sede de la nueva Escuela de Ingenierías (Politécnica e Industriales). Tiene 450 metros de largo y es obra del arquitecto Salvador Moreno Peralta. Tendrá capacidad para más de 5.000 alumnos. En la parte trasera, ya se dibuja el graderío del futuro salón de actos.
Morales llama la atención sobre la estructura, con vigas que tienen el ancho de una persona adulta. «Es muy espectacular, van cogidas con puntos de soldadura que soportan muchas toneladas. Pocas construcciones se han hecho en Málaga con perfiles de este tamaño». Lleva anexo un módulo independiente para los laboratorios de instrumental pesado, como grúas y probetas de hormigón, que requieren una cimentación especial para soportar cargas superiores. «El edificio está perfectamente adaptado al uso que va a tener. Hemos mantenido conversaciones con los directores de los centros, departamentos y grupos de investigación». El sótano, destinado a aparcamientos, albergará unas 1.500 plazas. Según los plazos fijados, comenzará a funcionar en octubre de 2008, esto es, dentro de dos cursos.
En la siguiente manzana se adivina el perfil del futuro Complejo Económico Social, que acogerá las facultades de Empresariales, con sede en El Ejido, y de Estudios Sociales y del Trabajo, que ahora está en El Palo. Luis Machuca es su autor. Ya está en pie la zona de departamentos y de despachos de los profesores. También quedará listo en el curso 2008-2009. «Hasta el momento los plazos van según lo previsto», asegura el vicerrector de Infraestructuras.
Ambos utilizan tecnologías avanzadas, de manera que los consumos energéticos sean los más reducidos posibles, «para que tengan buena climatización, pero propiciada por la renovación del aire, y no a base de consumir energía».
Enfermería
La primera fase se cerrará con la construcción del nuevo complejo de Ciencias de la Salud (Enfermería, Fisioterapia, Podología y Terapia Ocupacional), sobre una parcela triangular en el extremo sur de la pastilla. Lo firma Juan Gavilanes, y dará servicio a unos 1.000 alumnos. Su planteamiento es distinto a los anteriores, mediante módulos dispersos de baja altura (baja y primera planta), con una torre que sobresale sobre el conjunto -dedicada a los usos administrativos- y que marcará uno de los referentes visuales del campus.
Si importantes son las nuevas edificaciones, el entorno no lo será menos. El erial en el que ahora trabajan cientos de obreros será en el horizonte de 2008 una amplia superficie ajardinada, de más de 400.000 metros cuadrados, cuajada de árboles de sombra de diferentes especies y áreas de descanso.
La UMA ya está manteniendo reuniones con la EMT, para prolongar las líneas de autobuses, y con el metro -que en este tramo circulará en superficie- para que se establezcan nuevas estaciones. «El volumen de clientes no es nada desdeñable», apostilla. Pero, para los que prefieran llegar en coche, la zona también contará con 30.000 plazas de aparcamiento, en subterráneos y en las avenidas exteriores del campus.
De regreso a la civilización, los taludes de tierra y las vías desiertas siguen ahí, pero ya cuesta menos imaginar el ir y venir de los estudiantes, en el que está llamado a ser el nuevo epicentro de la vida universitaria malagueña.
Noticia extraída de: Diario Sur