En el aulario Severo Ochoa de Teatinos no caben más futuros creadores. El próximo curso habrá tres promociones en Bellas Artes, una situación que obliga a buscar otra ubicación para la facultad. En ello están las instituciones implicadas, que ya han llegado a un principio de acuerdo para que el instituto Gaona sea el cobijo definitivo en 2008/09. Para el año académico que viene se busca otra sede provisional. En la actualidad, los alumnos que reciben clases en el turno de mañana comparten mesa de trabajo con los de la tarde. «Tienen que llevarse las cosas a casa y antes contaban con su estudio propio», apunta la decana, Carmen Osuna, que conoce este engorro que el pasado curso no existía.
Otra reivindicación estriba en que los estudiantes no pueden entrar a las aulas fuera del horario lectivo para terminar sus trabajos. Se topan con la puerta cerrada y con que no se les da la llave. Osuna lo explica: «Sólo entran con un profesor porque hay máquinas peligrosas».
Entre los logros para el 2006/07 se encuentra la duplicación de puestos informáticos –ahora hay unos 40 ordenadores–, algo lógico, puesto que asisten a clase el doble de jóvenes.