A mediados del pasados mes de mayo, el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía anunciaron que habían llegado a acuerdo para hacer realidad uno de los proyectos en materia de viviendas sociales más debatidos en los últimos años: el desmantelamiento de la barriada de Los Asperones y la dispersión de sus habitantes por diferentes zonas de la ciudad. Sin embargo, los responsables provinciales del Gobierno andaluz han cambiado de parecer en los últimos meses y han puesto en marcha una nueva propuesta para este asentamiento marginal de la ciudad que consiste en la realización de viviendas protegidas en el lugar y el realojo en ellas de algunas de las casi doscientas familias que habitan las actuales casas prefabricadas.
El delegado del Gobierno andaluz en Málaga, José Luis Marcos, explicó que la nueva actuación responde al modelo de intervención sobre barriadas marginales que contempla la Junta para estos casos. «El Ayuntamiento nos proponía la desintegración del lugar, pero la idea de la Junta no coincide», aseveró Marcos, quien agregó que la Administración andaluza apuesta «por que la gran mayoría de las personas que viven en ese lugar puedan continuar en él pero de otro modo, es decir, con viviendas más dignas, con los equipamientos necesarios y ayudados por programas sociales para que puedan lograr un empleo».
Gueto
No obstante, el delegado confió en que los futuros Asperones no sigan siendo un gueto, «sino que puedan vivir allí otras personas que accedan a las viviendas públicas que se hagan en venta o en alquiler».
La promoción de esas viviendas, cuya cantidad no está aún concretada, correrá a cargo de la Empresa Pública de Suelo de Andalucía (EPSA), cuya delegación malagueña ya ha contratado a un trabajador social de Cáritas, que tiene un gran conocimiento de la problemática del lugar, para que realice un informe exhaustivo de sus moradores. El resultado de ese documento servirá para determinar el número de viviendas que se podrán hacer, ya que indicará cuántas familias reúnen las condiciones para poder quedarse en los nuevos pisos que construya la Junta y cuántas optan por marcharse a otro lugar a medida que vayan desapareciendo las actuales casas prefabricadas.
La idea de la Junta es construir las nuevas viviendas junto a las casas prefabricadas para que éstas se vayan derribando a medida que los nuevos bloques se terminen y vayan a vivir a ellos familias de Los Asperones y de otros puntos de la ciudad. «Queremos que no sea un ‘gueto’ y que se convierta en una zona más de Málaga», apuntó José Luis Marcos, quien adelantó que esta actuación puede suponer un coste cercano a los 60 millones de euros. «Junto a la transformación física haremos una actuación integral desde el punto de vista de la escolarización y la búsqueda de empleos para que los vecinos de Los Asperones puedan vivir de forma normalizada con cualquier otro ciudadano de Málaga que decida residir en esa zona», comentó.
Marcos confió en que este proyecto pueda contar con el apoyo del Ayuntamiento. «Vamos a tener seguro el apoyo del Consistorio. Contaremos con la Policía Local para que no se hagan chabolas allí, una vez que estén en marcha las nuevas viviendas», apostilló.
Sin embargo, la concejala de Vivienda y Bienestar Social, Mariví Romero, expresó a este periódico su rechazo por la iniciativa autonómica para Los Asperones. «Todo lo que sea mantener allí el mismo núcleo de familias será un fracaso. Algo parecido se ha hecho en Sevilla y no ha funcionado», sentenció Romero. «El Ayuntamiento va a seguir trabajando en el lugar, pero nuestra postura es que sus habitantes se dispersen y se integren en la ciudad», añadió. Por su parte, Marcos declaró: «Aunque el Ayuntamiento se niegue, lo haremos, pero creo que no se va a negar».
Los Asperones se construyó hace 18 años a las afueras de la ciudad -junto al cementerio de San Gabriel y el centro ambiental de Los Ruices- para albergar a personas que vivían en núcleos chabolistas. En el lugar existen 180 viviendas que están habitadas por un millar aproximado de personas.
Noticia extraida de: Sur Digital