El análisis de los datos no deja lugar a dudas. Una de las operaciones residenciales de mayor calado y envergadura del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Málaga, la que se contempla en las márgenes del río Campanillas, no parece haber despertado la simpatía de los expertos en materia medioambiental. De hecho, el Estudio de Impacto Ambiental incorporado a la revisión del planeamiento y elaborado por la empresa Analiter concluye que los usos previstos en estos suelos aledaños al cauce acabarán por producir un impacto «severo».Esta valoración afecta, concretamente, a ocho sectores sobre los que los técnicos encargados de redactar el nuevo planeamiento de la ciudad localizan más de 5.000 viviendas, lo que supone el 41 por ciento de las casas que se contemplan para el entorno de Campanillas de cara al año 2016, horizonte de ejecución del PGOU. De entre todos estos suelos, destacan, por su dimensión, Campanillas Norte, con unas 1.748 viviendas; Colmenarejo Sur, Norte y Oeste, con un total de 1.700 unidades proyectadas y un suelo no sectorizado, el de Somera-El Rayo, con capacidad para 1.800 casas.
Respecto a la propuesta de desarrollo de estos terrenos residenciales, el análisis medioambiental del Plan es contundente tras analizar las posibles afecciones: «Consumirán una porción importante de suelo que se afronta con una ordenación urbanística poco sensible con los valores naturales, encauzamientos y entubamiento de arroyos, modificación del recorrido del cauce, riesgos de avenidas…»
Y añade: «El estrangulamiento del río Campanillas y de sus afluentes, junto con la ocupación de los suelos de mayor rendimiento agrícola de la geografía municipal provocan que el impacto se valore como severo una vez aplicadas las medidas correctoras que han minimizado el impacto».
En el análisis se subraya además el carácter negativo que tiene la densidad de vivienda propuesta sobre estos sectores, que varía entre 31 y 44 viviendas por hectárea. Sobre este punto, los técnicos de Analiter indican que debido a esta edificabilidad, el río Campanillas y los arroyos Los Pilones, Uña de Gato y Ciprés «encuentran menor grado de integración» a su paso por los sectores de Colmenarejo y Somera-El Rayo, salvo que se proceda a su «entubamiento o encauzamiento», con lo que perderían su carácter natural.
Los usos propuestos afectarán al medio biótico debido a la práctica desaparición de los soportes naturales de la fauna (árboles frutales, cultivos herbáceos) y se verán afectados la avifauna nidificante y los mamíferos asociados a este tipo de medios provocando un impacto moderado.
Debido al riesgo de inundación que tienen sobre estos suelos, el Estudio de Impacto Ambiental, condiciona el desarrollo de los sectores Somera-El Rayo y Colmenarejo a la elaboración de un estudio de detalle de inundabilidad de los terrenos para un periodo de retorno de 500 años. Asimismo, se indica que junto al Plan Parcial de Ordenación deberá recogerse un proyecto de restauración paisajística ambiental de márgenes.
Junto a esta exigencia, aplicable a buena parte de los suelos, los técnicos muestran especial interés en el impacto que el desarrollo residencial puede tener sobre Somera-El Rayo. En este sentido, fija como vinculante la reserva de un 25 por ciento de la superficie del sector, en una sola parcela aneja al río Campanillas, para que se destine a la plantación de especies autóctonas.
Menor es la incidencia que, según el Estudio de Impacto Ambiental, tiene el uso residencial en otros suelos de Campanillas, como es el caso de la zona de Maqueda, con casi 3.000 viviendas, Liria Norte y Santa Rosalía Sur, donde se prevén casi 2.000 casas. A pesar de ello, el documento admite que la capacidad de acogida del territorio para los nuevos usos residenciales es «muy baja», por lo que el impacto se valora como «severo», una calificación que se verá matizada con actuaciones correctoras. Uno de los condicionantes fijados, en el caso del sector de Santa Rosalía Sur, es el de la canalización del arroyo de Cantos.
Noticia extraida de: Diario Málaga Hoy